No es la primera vez que directivos y empresarios me preguntan por la metodología de formación más rápida y de mayor impacto para el desarrollo de habilidades y competencias personales y relacionales.
La respuesta no es fácil y como cualquier especialista en formación sabe, los “dependes” se pueden acumular en nuestro pensamiento.
Sin embargo, si me tengo que mojar en una decisión de cual, mi experiencia me dice que la formación experiencial u Outdoor training tiene un efecto especial en los participantes. La toma de conciencia de lo que uno puede mejorar, la motivación para plantearse un plan de mejora individual, la posibilidad que ésta da para llegar a los puntos ciegos que todos tenemos y el potencial que
tiene para desarrollar equipos (team building), son serias razones por las que decantarse por esta metodología de formación para el desarrollo de habilidades directivas.
Aunque mi experiencia per se no siente cátedra, ni lo pretendo, he tenido más de una docena de oportunidades de trabajar con clientes que nos han pedido desarrollar equipos, mejorar la comunicación, potenciar el liderazgo, mejorar la toma de decisiones, trabajo en equipo y/o el análisis de problemas. También la innovación y la creatividad en los equipos o la orientación a resultados…
En la estrategia de capital humano basada en la experiencia del empleado, hemos introducido la formación experiencial, no solo en la formación de los planes de Onboarding sino también en programas de High Potentials, formación continua de equipos naturales y/o en trabajo interdepartamental.
Sin duda, ahora que se acerca la primavera, una herramienta altamente eficaz para lograr impactos y mejoras competenciales en nuestro personal.
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